martes, 19 de junio de 2007

Nietos y abuelos: la generación de la Guerra


Quiero detenerme en la relación de los nietos y los abuelos que brilla en "El Corazón Helado". Al principio la intuyes a través de la infancia en el exilio francés de Raquel Fernández Vera, en su visión de niña inteligente qué capta, sin apenas explicaciones, la mirada de sus abuelos siempre hacia ese país de sol al que va de veraneo. Eran de España, aunque hubieran nacido en Tolouse o en Nimes.
En Madrid, pasea con su abuelo Ignacio por los rincones más castizos, el rastro, el Retiro, las Vistillas; con él revive un doloroso pasado emocional en su visita a Julio Carrión. Los nietos Raquel y Álvaro representan las generaciones que no vivieron la guerra; Raquel es la heredera del exiliado republicano. Álvaro supone el otro lado, la división azul, sin saberlo ni asumirlo al inicio de su relación con Raquel.
Raquel y Álvaro, los nietos de la guerra, se atreven a hacer las preguntas que sus padres no quisieron formular. Esta generación es la mía y la de muchos de vosotros que leéis este blog.

En Alemania ha ocurrido lo mismo con la generación actual que pregunta a sus padres y abuelos: qué ocurrió, dónde estábais, qué hacíais durante la barbarie nazi, por qué mirásteis para otro lado. La película "El hundimiento" es fiel reflejo de este interés.